Todo empezó en 1933, cuando nuestros abuelos, Rafael y Amalia, abrieron su pequeña guantería en la calle Recoletos 12. Rafael, artesano apasionado, diseñaba y elaboraba guantes con precisión y sensibilidad. Mientras, Amalia tenía ese don especial de estar cerca, escuchar y entender lo que el cliente buscaba. Juntos, hicieron desear su guantes dentro y fuera de nuestras fronteras.

Mientras, nosotros, crecimos entre retales de piel, patrones de cartón y troqueles con forma de mano, aprendiendo no solo la técnica, sino también los valores: dedicación, escucha y excelencia. Aunque nuestra tienda física cerró sus puertas a principios de este siglo, el alma de ese proyecto quedó viva en nosotros.

En 2016 decidimos revivir nuestra herencia bajo el nombre de nuestra abuela: Amalia de Luna. Una firma que rinde homenaje a nuestro origen, respetando la tradición artesana mientras se adapta a los tiempos actuales.

Nuestros guantes están diseñados en España y fabricados en talleres familiares de España e Italia, donde el oficio guantero sigue latiendo. Apostamos por una producción limitada, ética y sostenible, con pieles de la más alta calidad y una atención al detalle que se nota desde el primer contacto.

En un mundo marcado por la prisa, nosotros elegimos ir más despacio. Valoramos las piezas bien hechas, que cuentan historias y perduran en el tiempo. Cada guante está pensado para acompañarte durante años, con elegancia, personalidad y confort.

Para cuidar cada paso, desde el diseño hasta que el guante llega a tus manos, hemos elegido un modelo directo y cercano mediante nuestra tienda online. Detrás de cada pedido hay personas reales que te escuchan, preparan tu paquete con mimo y te acompañan en todo el proceso, porque queremos que tu experiencia sea tan especial como el producto que recibes.

Cuando eliges Amalia de Luna, no solo compras un par de guantes: formas parte de una historia, de un oficio, de una manera de hacer las cosas. Con alma. Para toda la vida.