Nuestros guantes son pequeñas obras artesanales hechas a mano con pieles finas y materiales nobles. Cuidarlos bien hará que te acompañen durante muchos años.

Evita el agua y el calor

El agua, el calor directo y ciertos productos (como perfumes, cremas o maquillajes) pueden dañar la piel del guante o alterar su color. Por ello evita su contacto con todo ello para conservarlos como nuevos.

Limpieza delicada

Usa un paño suave algo húmedo en una solución de jabón neutro. Primero haz una prueba en una zona discreta. Limpia con suavidad, sin frotar fuerte, pues podría decolorar la piel.

Manchas de grasa

Si tus guantes de piel se manchan de grasa, retira el exceso con papel absorbente o un paño limpio sin frotar y aplica talco para absorber la mancha. Déjalo actuar varias horas y retíralo con un cepillo suave. Si la mancha persiste, repite el proceso o consulta a un especialista.

Hidratar la piel

Si notas que tus guantes necesitan hidratación, aplica una pequeña cantidad de crema de manos, excepto en guantes de ante. Al principio, el color puede oscurecerse ligeramente, pero pronto recuperará su tono natural. Gracias al teñido en tambor de nuestras pieles de alta calidad, esta crema nutre el cuero y le aporta un acabado natural y duradero.

Secado de los guantes

Si se mojan tus guantes déjalos secar de forma natural, en un lugar interior, ventilado y a temperatura ambiente. Nunca uses radiadores, secadores ni los expongas al sol. Si están muy húmedos, presiona suavemente con una toalla para absorber el exceso de agua y luego envuélvelos estirados en una toalla seca. Para ayudar a mantener su forma y flexibilidad, póntelos varias veces mientras se secan.

Guárdalos con mimo

Dentro de su bolsita original de tela, bien estirados, en un lugar limpio, seco y fresco. Lejos del calor, la humedad y la luz directa, tus guantes conservarán su forma y suavidad como el primer día.

"Tus manos cuentan historias, tus guantes también."

- AMALIA DE LUNA -