Clásico, contemporáneo, siempre auténtico.

Nuestros guantes se crean en una gama de estilos, colores y acabados que van desde la elegancia más clásica hasta las propuestas más actuales.

Cada guante se hace a mano, uno a uno. Una producción responsable que respeta el oficio y asegura autenticidad, calidad y personalidad.


Todo empieza con la elección de una piel de alta calidad, elegida por su suavidad y flexibilidad.

Cada piel es única, y ligeras variaciones o marcas son parte de su historia, de su belleza natural. Eso hace de cada guante una pieza irrepetible.

La piel se humedece, se rebaja con cuchillo, se estira a mano. Poco a poco, para alcanzar la elasticidad perfecta y se ajuste como una segunda piel.

Con la piel lista, colocamos el patrón, marcamos el contorno y recortamos a tijera. Después, usamos unos troqueles que dan forma a la mano, respetando al máximo el material. Usamos tallas francesas tradicionales.

El guante se cose a mano o a máquina, siempre por manos expertas. Puntada a puntada. Y finalmente se plancha, momento en que se revisa cada detalle.

Nuestros artesanos siguen usando herramientas de siempre. Las que han acompañado a generaciones:


• El cuchillo sin filo.
• Los troqueles.
• La piedra de pizarra.
• El útil de rebajar la piel.
• El pie de letras en pulgadas francesas.
• La máquina de coser piel.
• Y las planchas en forma de mano.