El proceso de fabricación comienza con la elección de una piel de alta calidad, seleccionada rigurosamente en su origen y tratada minuciosamente.
La piel es un producto natural, que resulta muy confortable, flexible y duradero. En Amalia de Luna utilizamos las pieles del país más finas y de primera calidad de cordero, ante, nobuck o pecarí, entre algunos de nuestros acabados. Algunas pieles pueden tener pequeñas marcas o variaciones en sus acabados y color, lo que les aporta una belleza natural y les convierte en piezas auténticas.
Para trabajar la piel, esta se humedece ligeramente, se rebaja con el cuchillo y se estira a mano, poco a poco y lo necesario para conseguir la elasticidad que los guantes necesitan, de la muñeca hasta la punta de los dedos. De esta forma se consigue que el ajuste del guante sea perfecto.
Una piel de calidad superior unida a un minucioso trabajo artesanal, hace de cada guante un producto sostenible para vestir durante muchos años.